La fuente vital de
la vida, la dan las emociones, son ellas las que a través de los sentimientos
reaccionamos a la realidad, a las personas que te encantan o que rechazas, a
situaciones de la sociedad, a situaciones de la vida…cada sentimientos
singular transforma tu mundo entero, dijo Jean Paul Sartré.
Ya desde la historia de
la civilización se proclamaron las primeras leyes que nos invitan a regular las
emociones mediante las leyes y proclamaciones éticas como Los diez
mandamientos, el Código Hamurabi, Aristóteles, en su Ética a Nicómaco, etc.
Regular significa
ajustar, poner en orden es decir con una acepción de prevención. Regular las
emociones desde la educación emocional consiste en canalizarlas a manera de que
el comportamiento subsiguiente sea lo más adaptativo posible brindando
supervivencia y bienestar.
Aprender a regular las
emociones propias y a gestionar las emociones de los demás requiere de la
utilización de la consciencia emocional, de ese estado de darme cuenta en la
profundidad de mi persona.
Regular las emociones
negativas se puede hacer desde dos enfoques:
1. Regulación centrada en el problema, el abordar la solución desde este punto permite
un cambio emocional al poner atención y el interés en solucionar.
2. Regulación centrada en la emoción: se cambia la forma de ver el problema de tal
manera que esto afecta a la emoción….aplicando lo que dijo Epicteto…No
estamos preocupados por las cosas, sino por la forma de ver las cosas.
Esto permite tomar en
serio a nuestras emociones, a nuestra forma de vivir la vida con una filosofía
vital, sin dejarnos abrumar por la emociones cayendo en estados emocionales
largos desagradables y tristes.
Concluyendo
Regular las emociones es ejercer el libre albedrío entre el estímulo y la respuesta.
¡Hasta la próxima¡
Martha Elena GR
Un Expresso Cortado…
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